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Arquitectura para el mañana: hacia una realidad sostenible

La edificación y el urbanismo se encuentran en la encrucijada de una crisis global que exige una revisión total de su modelo, según explicó el arquitecto Bruno Sauer, director general de Green Building Council España (GBCE), en una charla del Donostia Sustainability Forum en la que analizó el papel que debe jugar la arquitectura sostenible como motor de cambio ante los retos ambientales y sociales.

En esta conferencia, organizada por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro en Gipuzkoa, Sauer abogó por un cambio de paradigma basado en la suficiencia, la eficiencia y la circularidad de los materiales para hacer frente a los riesgos globales urgentes a los que se enfrenta el sector de la construcción.

Según explicó Bruno Sauer, la construcción es responsable de aproximadamente el 50% de la extracción y el consumo de recursos anuales, más del 30% del total de residuos, cerca del 40% del consumo energético de la UE y el 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. Por ello, añadió, la arquitectura del futuro debe reducir su huella ecológica, favoreciendo la descarbonización de la economía al tiempo que afronta riesgos como la pérdida de biodiversidad.

Para conseguirlo Sauer destacó el concepto clave de suficiencia: planificar lo mínimo necesario para mantener el confort, el desarrollo y el bienestar de las personas.  La suficiencia surge como una necesidad urgente debido al sobreconsumo. Actualmente, sociedades como la española consumen más de dos planetas y medio al año, lo cual está por encima de lo que se considera aceptable para mantenernos dentro de los límites planetarios. En el marco de la suficiencia cobra especial importancia el desarrollo de una economía circular que funcione realmente.

El Reto de la Economía Circular y la "Cantera Urbana"

El gran reto en economía circular aplicada a la arquitectura es reducir el uso de materiales a una cuarta parte. En arquitectura esto implica proyectar edificios con materiales que provengan del reciclaje en lugar de la extracción virgen.

Sauer plantea un debate incómodo pero necesario: no merece la pena rehabilitar todos los edificios que muestran deficiencias. Cuando sus materiales llegan al fin de vida o presentan patologías graves, estos edificios obsoletos deberían ser considerados como "canteras de materia prima" para una nueva industria de recuperación. Esta perspectiva surge de la necesidad de aceptar el "derribo" de edificios que no se pueden rehabilitar para que la circularidad pueda avanzar, ya que actualmente la cantidad de material reciclado en el sector en España es una "miseria".

La Arquitectura del Mañana

La arquitectura sostenible futura no es necesariamente extraña, sino una arquitectura "muy normal, pero con varios cambios muy importantes". Así, el ponente destacó la suficiencia en el diseño, con el uso de ladrillo e instalaciones a la vista sin falsos techos y con protecciones solares pasivas para garantizar el confort sin aire acondicionado.

En el campo de los biomateriales, Sauer destacó el uso de madera, de ladrillos de tierra cocida que actúan como termorreguladores, al absorber y expulsar humedad, y tierra compactada industrializada. Además, señaló que el vidrio, aunque fácil de reciclar, presenta problemas derivados de la obtención el silicio, y que su uso masivo en fachadas uniformes es un error urbanístico y energético.

Sauer indicó que los grandes errores cometidos hasta ahora en arquitectura y urbanismo incluyen la arquitectura uniforme, que se construya del mismo modo en Nueva York y en China, la arquitectura al servicio de la industria, no querer ver que los recursos son finitos y un urbanismo centrado en el automóvil. 

Los principios de éxito, por el contrario, son, a su juicio, una arquitectura que respira, el uso de materiales locales y recuperados, la movilidad multimodal, poniendo el coche al mismo nivel que el peatón y el ciclista, y poner el acento en edificios adaptables y de largo plazo.

Obstáculos a superar

La Unión Europea se ha propuesto descarbonizar el parque inmobiliario para 2050, un objetivo que Sauer considera posible, pero difícil de alcanzar. Uno de los obstáculos que destacó es la sobrerregulación. El Código Técnico actual, aunque no prohíbe la arquitectura pasiva, la hace casi imposible de ejecutar sin un conocimiento muy avanzado. En lo que respecta a la planificación urbana, la sostenibilidad es un proceso que debe planificarse en plazos de 20, 30 o 50 años, lo que choca con la política, que trabaja en ciclos de 4 a 8 años.

Además, señaló que la arquitectura contaminante es más barata que la no contaminante. Para atajar esta situación aseguró que es necesario introducir mecanismos regulatorios, como impuestos más altos, sobre materiales tóxicos o sobre el uso de edificios no sostenibles.

A su juicio, el estilo de vida actual ya no está simplemente "temporalmente fuera de stock", sino que "definitivamente ya no está en stock". El cambio no es un debate sobre materialidad o diseño, sino de responsabilidad y actitud. El futuro de las ciudades, añadió, precisas una gran transformación.

 

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