Manu Soto López: Varamiento de cetáceos y rutas de tortugas en el Golfo de Bizkaia
Manu Soto López es catedrático de Biología Celular, director de la Estación Marina de Plentzia y responsable de la red de Euskadi de varamiento de Cetáceos. También se dedica al seguimiento de rutas de tortugas, y ha ofrecido explicaciones detalladas sobre todo ello. En efecto, desde el principio ha reconocido que uno de sus objetivos es que la gente sepa qué hacer -y qué no hacer- en caso de ser testigo de un varamiento.

Ha puesto el ejemplo de un varamiento que se produjo la semana pasada en la playa de Zarautz. Apareció muerto un cachalote pigmeo o nano. No había mucha gente en la playa, y además los que lo encontraron sabían que debían llamar al 112. Así lo hicieron.
Acababa de morir, y por lo tanto era muy adecuado para las y los científicos, puesto que les ofrecía la posibilidad de tomar muestras de gran calidad. Acababan de recibir el resultado de la necropsia: tenía el estómago lleno de plásticos. Soto ha afirmado claramente: esa fue la causa de la muerte. “El origen de los plásticos es antropogénico. Eso nos debe hacer pensar sobre lo que hacemos con nuestra basura”, ha añadido.
Banco de muestras
Ha aclarado que las muestras las guardan en un banco, “de la misma forma que se guardan documentos en las bibliotecas”. De esa manera, están también al alcance de científicos de otros lugares, para que realicen sus análisis. En efecto, para sacar conclusiones es imprescindible cruzar datos y reunir puntos de vista de diferentes disciplinas. En el caso de los cetáceos, hay que tener en cuenta que recorren grandes distancias en el mar; por esa razón, para completar el mapa, se trabaja en colaboración con otros centros.
Normalmente, la gente les avisa de dónde ha sucedido el varamiento. Ha repetido que en esos casos hay que llamar al 112, y también ha realizado una advertencia: “no tocar y no acercarse mucho”. Si el animal está muerto, podría tener una enfermedad contagiosa; y si está vivo, puede ser peligroso: “Son animales salvajes. Las focas, por ejemplo, a veces salen a la orilla para descansar. Si se hace ademán de tocarlas, puede suceder que se asusten y muerdan.
Interdisciplinaridad y trabajo en equipo
Una vez recibido el aviso del 112, hora y media o dos horas más tarde están en el lugar del varamiento. “A veces hemos tenido que descuartizar al animal en el sitio, porque no entraba en la furgoneta. Nuestros límites son 300 kilos y una longitud de 2,5-3 metros. Si acaba de morir, para nosotros es muy adecuado. Antes de llevarlo al centro lo congelamos, hasta que llegue el veterinario/a y realice la necropsia. Tomamos muestras de todos los órganos y los examinamos, para analizar la causa de la muerte. Los análisis químicos, en cambio, nos los hacen en el centro del CSIC de Galicia. Si se está descomponiendo, por el contrario, no se pueden tomar muestras de calidad.
Ha explicado que también se toman muestras del cerebro. En efecto, algunos investigadores de la EHU analizan las muestras del banco de cerebros para analizar enfermedades mentales (epilepsia, enfermedades neurodegenerativas). Así, trabajan con ellas en colaboración, para ver si en el cerebro de los cetáceos hay alguna patología similar: “la hipótesis es que quizás pierden la orientación debido a la neurodegeneración, y que esa puede ser la causa del varamiento. No lo sabemos, pero lo estamos analizando”.
También tienen relación con investigadores del ámbito de la Farmacia. A través de ellas también han recibido algún resultado peculiar: han medido en los tejidos de los animales restos de fármacos que están prohibidos aquí, así como restos de drogas legales e ilegales. ¿De dónde vienen? En opinión de Soto, es muy probable que sean residuos del consumo de las personas que viajan en los cruceros.
Por otra parte, la mayoría de varamientos suele ser de delfines: el delfín común y el rayado, así como el delfín mular, si bien con menor frecuencia. Los varamientos suceden en febrero y marzo, la mayoría de ellos en Donostia. Para saber por qué suceden con mayor frecuencia en ese periodo, y por qué suceden más en un lugar que en otro, necesitan la ayuda de investigadores de otros ámbitos: físicos/as, meteorólogos/as… Ha sugerido que también la inteligencia artificial puede resultar de ayuda, para analizar todos los datos conjuntamente y realizar previsiones.
Finalmente, ha recordado cómo se debe proceder en caso de ver un varamiento: llamar al 112, y si está vivo no intentar devolverlo al mar. Puede ser perjudicial, tanto para el cetáceo como para quienes intentan ayudarle. Y ha añadido: “No subir nada a las redes sociales, pues de lo contrario la gente acude al lugar del varamiento. Y eso no es cómodo. No es bueno para la salud del animal, ni tampoco para nuestro trabajo. Luego, cuando termine, publica todo lo que quieras, eso está bien”
Siguiendo la ruta de las tortugas
También se ocupan de realizar un seguimiento de las tortugas que necesitan ayuda. En ese trabajo reciben la ayuda del Aquarium de Donostia, puesto que allí cuidan a las tortugas hasta que se recuperan y están preparadas para ser liberadas.
Para realizar el seguimiento, a algunas de esas tortugas se les coloca un transmisor tipo GPS: “Les ponemos en la espalda un pequeño transmisor, que no obstaculiza su comportamiento normal. Los satélites reciben la señal que envía el transmisor, y nos dice dónde está, de forma aproximada. Para ello tiene que estar en la superficie marina”.
Como ha especificado, las tortugas que reciben aquí suelen ser jóvenes, y no saben de dónde vienen. Saben que provienen de aguas más cálidas, pero para saber si proceden del Caribe, de Sudáfrica o de otro lugar tienen que realizar estudios genéticos.
Como se ha mostrado en las imágenes, las tortugas toman rutas muy diferentes. Su hipótesis es que la temperatura del agua tiene una gran influencia, pero también la comida (peces o medusas). Para confirmarlo, toman en cuenta también la temperatura de la superficie del agua.
Al fin y al cabo, esa es la tarea de la ciencia: reunir todos los datos relacionados con la situación y analizarlos conjuntamente, para extraer conclusiones. Soto ha dejado clara al menos una conclusión: tenemos la responsabilidad de cuidar el mar y los seres vivos marinos, y a nosotros/as nos corresponde presionar a la administración para que tome medidas eficaces para la restauración del entorno.