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Inteligencia artificial en la lucha contra la violencia machista en mujeres e hijos/as

La inteligencia artificial, entendiendo por tal, el uso de herramientas informáticas, plataformas, redes sociales y demás instrumentos informáticos, pueden ayudar a valorar el riesgo, mostrándonos unos indicadores de riesgo en que se pueden encontrar las víctimas, al objeto de adoptar las correspondientes medidas de prevención y protección. En España, la justicia la usa en las víctimas de violencia de género, tanto las mujeres como sus hijos a través del sistema VioGén.

“Es un sistema de valoración integral que aglutina a las diferentes instituciones públicas que tienen competencias en materia de violencia de género e integra toda la información de interés que se estime necesaria” según exponía Ivana Mª Larrosa en el 17 Simposio Internacional de Victimología. 


Todos los antecedentes que puedan existir sobre agresiones o miedos son integrados en un sistema de datos que recuerda el grado de riesgo de las personas y por ende las medidas que se puedan adoptar.


VioGén tiene una función preventiva, emitiendo avisos, alertas y alarmas a través del “Subsistema de Notificaciones Automatizadas vía informática” cuando se detecte algún acontecimiento que pueda poner en peligro la integridad de la víctima. Protege de forma rápida e integral a las mujeres maltratadas, así como sus hijos e hijas en cualquier parte del territorio nacional, mediante las correspondientes medidas de protección.


“Hay casos en los que no existe ninguna denuncia ni atisbos de riesgo bajo, pero en ocasiones termina con la muerte de la mujer. Las reformas en el sistema VioGén está intentando que tanto los servicios sociales o los sanitarios que puedan ver algo extraño, lo comuniquen vía informática al, juzgado, al ministerio fiscal o a la policía para que así pudiese activarse el sistema y adoptarse medidas de protección. El sistema está individualizado para cada caso, de tal forma que cada supuesto cuenta con una víctima y su agresor”.


Las fichas van cotejándose mediante revisiones periódicas porque los niveles de riesgo pueden variar. El nuevo sistema inteligente de Protocolo Dual de Valoración Policial del Riesgo del sistema VioGén, se supervisan los casos con niveles de riesgo iniciales clasificados como no apreciado, bajo y medio, para en su caso reclasificarlos mediante una fórmula matemática (a través de algoritmos) en niveles de riesgo medio y alto, según el resultado obtenido tras su aplicación, y es aquí donde la inteligencia artificial aparece como instrumento adecuada y válido para la valoración del riesgo, especialmente para evitar aquellos casos más graves en los que no habiéndose apreciado inicialmente un riesgo, no se adoptaron ni una Orden de Protección  ni otras medidas y que finalmente acabaron con la muerte de la víctima, es decir para  detectar esos casos “potenciales “ de violencia extrema.  
Recoge un total de 35 indicadores de riesgo, agrupados en grandes bloques: El primero referido a la historia de violencia de la pareja. 


En él se describe tanto la violencia derivada de los hechos denunciados como de hechos anteriores, destacando la violencia psicológica, (amenazas, insultos, vejaciones y humillaciones A su vez, atendiendo a su gravedad y periodicidad en su comisión, estos hechos o conductas se pueden de nuevo clasificar en leves (son meramente esporádicos), graves (son continuos en el tiempo o se producen en presencia de terceras personas), o muy graves. 


En caso de violencia física se especifican los casos leves (arañazos), graves (requieren atención médica y/o cuidados médicos, pero no hospitalización)  y por último las muy graves, en las que la vida de la víctima ha corrido peligro (apuñalamientos, atropellos o estrangulamientos o asfixia) 
En el sistema se introducen también circunstancias de violencia sexual; Las características del agresor indicativas de su perfil agresivo y delictivo; las de la víctima y las circunstancias relacionadas con los menores. 

Por el Convenio de Estambul de 2011 que firmó España, la protección a los menores (hijos e hijas) está contemplado de forma explícita. Se les considera víctimas directas. La valoración se hace de forma conjunta teniendo en cuenta el entorno en el que se está viviendo. Se contemplan las amenazas cometidas con los menores o “el simple temor que tiene la mujer por la vida e integridad de los mismos”. 


“El sistema funciona, es efectivo y después de la modificación que supervisa con nuevos algoritmos los casos de riesgo bajo mucho más. Son casos que no aparecerán en los medios de comunicación.” Decía Ivana Larrosa.
 

Con la modificación de la ley orgánica de protección integral de la infancia y la adolescencia frente a la violencia, ley   8/2021, recordaba Ivana Larrosa, como se han introducido nuevos indicadores de riesgo como que la madre sea víctima de violencia, el maltrato por parte de los padres; la falta de atención física o psíquica  por parte de los progenitores o por las personas que ejerzan la tutela;  la consideración de las niñas y adolescentes como víctimas de la violencia de género o  la exposición de la persona menor de edad a cualquier situación de violencia doméstica o de género.

Basta con la existencia de un hermano o hermana declarado en situación de riesgo o desamparo, salvo que las circunstancias familiares hayan cambiado de forma evidente para estar encima del caso.

En definitiva, un instrumento que callando evita muchos dramas.