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Taller sobre buenas prácticas en la donación de excedentes alimentarios: una solución solidaria que reduce el desperdicio alimentario

El Taller sobre Buenas Prácticas en la Donación de Excedentes dio inicio destacando la importancia que adquiere la prevención en aras de no crear excedentes alimentarios, la guía orientativa para la donación de excedentes alimentarios en Euskadi y la necesidad de dotarse de planes de actuaciones.

Arantza Madariaga, Directora Gerente de Elika Fundazioa, incide en las “Actuaciones contra el despilfarro alimentario de Euskadi”. En este ámbito, menciona la guía orientativa y dice que “pretende ser un documento que esté vivo y se vaya actualizando”. Respecto a lo que a su campo de actuación atañe, pone especial énfasis y atención en tener un diagnóstico de la situación para poder elaborar la estrategia idónea. A este respecto, nos informa del retraso que el diagnóstico ha sufrido por la pandemia; tener datos reales y no desvirtuados resulta vital. También incide en la idea de que “lo que se vaya a hacer que se haga con total seguridad, no crear otro problema”, es decir, que la donación se haga de forma segura. En este sentido, adquieren relevancia la seguridad jurídica y alimentaria para la gestión adecuada. Finaliza su intervención haciendo mención al ámbito de las soluciones tecnológicas en las que están trabajando.

Jose Maria Escudero, de la Subdirección de Salud Pública y Adicciones de Bizkaia-Gobierno Vasco, en su intervención sobre “Requisitos higiénico-sanitarios en la donación de excedentes alimentarios. Guía para la donación” destaca, entre otras cosas, el origen de excedentes en Euskadi. Para ello nos muestra los datos extraídos de la FAO: Hogares 51%, Restauración 17%, Producción 13%, Transformación 12% y Distribución 5%. En este sentido, dice que “son imprescindibles estrategias dirigidas a la persona consumidora”. Respecto a la guía, descargable en www.zerodespilfarro.eus, menciona que fue publicada en diciembre de 2020, con la coordinación/edición de Elika, y que se realizó desde la óptica de la higiene y de la seguridad alimentaria.

Denis Ugalde, Fundador y CEO de OREKA, nos habla sobre la “Redistribución de excedentes alimentarios desde las cocinas centrales y comedores colectivos”. Nos traslada el mensaje de que en OREKA han  desarrollado una solución de extremo a extremo, es decir, están aunando esa falta de alimentos en casas y el desperdicio alimentario de una manera simple, segura y rentable. Para hacer posible todo ello, ofrecen tecnología, es decir, monitorizan el proceso. Incide en el aspecto de la seguridad, en palabras de Denis “es el eje vertebral” y se materializa en segmentos tales como: transporte adaptado, auditorías en destino, trazabilidad en tiempo real, test aleatorios y responsabilidad limitada. Cierra su intervención destacando la labor que desempeñan: “dar una solución sencilla a un problema complicado” y haciendo mención al Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario que entrará en vigor, lo más seguro, el 1 de enero de 2022. Dicha ley implicará a toda la cadena alimentaria y obligará a las colectividades.

Elena Cereda, del Proyeto Buruxka, versa sobre la “Recuperación del espigamiento como valor social y ambiental”. El proyecto nace con el objetivo de reducir el impacto social y ambiental derivado de las pérdidas de alimentos en el ámbito agrario y generar un movimiento social en torno al desperdicio alimentario. Explica que se trata de un proyecto de colaboración a varios niveles, situado en el Valle de Yerri, y que su duración expira en diciembre de 2021. Respecto a los espigamientos, nos dice que consisten en la recogida de los alimentos que quedan en el campo tras la cosecha y que no se destinan a la venta. Finalmente, nos habla sobre el futuro de Buruxka, incidiendo en la idea de la creación de una entidad de economía social y solidaria para dar continuidad y forma a todo lo creado entre junio de 2020 y diciembre de 2021 y frenar la despoblación creciente.